Todas las personas llegan al mundo con una misión que deben cumplir. Pocos tienen en claro que es eso a lo que deben llegar. Solo algunos saben que vinieron para algo, pero casi nadie sabe para qué. Yo tampoco.
Lo único que tengo claro es que yo no pisé el planeta Tierra para tener historias que contar. No llegué para ser esa que en las juntadas tiene anécdotas interesantes que todos mueren por escuchar, no soy de las que acumulan vivencias que escupen en una reunión, no soy de las que todos quedan con ganas de volver a ver o a escuchar. Jamás podría escribir un libro autobiográfico,seria monotemático y poco interesante.
Ademas de verdad que no tengo idea de que hacer con mi vida. No sé si será la edad de estar perdida, o si voy a estar colgada de una nube toda mi vida escuchando las cosas que les pasan a los demás y que la mayoria de las veces, no me importan.
Las cosas buenas, por más que busque, no me pasan a mi. le pasan a mi hermana con los amiguitos, a mis amigas en un boliche, a mi mamá arriba del auto, a mi prima con el novio, a mi abuela cuando va a hacer los mandados, a gente desconocida que cruzo por la calle y escucho sus conversaciones. pero a mi, no.
Yo no sé si mi suerte está escrita, si mi vida esta condenada a ser la nada misma, si voy a estar aburrida toda mi vida, si voy a seguir así o si en algún momento va a cambiar. ¿Sera por algo? dicen que todo se corresponde. Creo que estoy condenada a ser una eterna observadora, leyendo historias, viendo novelas truchas y escuchando relatos inquietantes de personas que con suerte si conozco.
